domingo, 30 de octubre de 2011
Manual del bon detectiu
El misterioso
ladron
de espejos
La dueña del restaurante recibió una llamada. Otra reserva para la noche. El comedor estaba completamente reservado, lleno. 'Será una noche dura, pero recompensada.', pensó. ¿Que por qué? Pues… porque la gente que le acababa de llamar dijo que pagaría 70€/Persona.
Llegó la noche. Había luna llena. Por lo tanto, la reserva que he mencionado antes, decidió cenar en la terraza, a la luz del hermoso satélite de la Tierra.
Pidieron y esperaron. La mesa estaba compuesta por ocho personas. La mitad hombres, la otra mitad, mujeres.
-¡Siempre haces lo mismo! ¡Eres un desgraciado! ¡Qué el diablo te lleve al infierno! –un hombre, de 21 años, molesto por un comentario del que había insultado, le alteró. Su nombre era Steve, un importante empresario.
-¿Disculpa? ¿A caso quieres que salga a la luz aquello…? –le respondió el insultado, de la misma edad que el otro. Se llamaba Carl.
Steve calló y se sentó. Este no habló en toda la cena, tan solo –si le preguntaban algo– con monosílabos. Acabaron la cena y Steve fue al baño. Pasó allí diez minutos.
-Chicos, vuelvo ahora. –Carl se dirigió a los servicios. Al levantarse, llegó Steve.
-¡Ayuda! ¡Carl está muerto! –James era presa del pánico. Todos los amigos fueron hasta el baño. Allí vieron a Carl con cara de angustia –claramente muerto por veneno–.
-¿Qué ha pasado? –preguntó la dueña del local.– ¡Oh! Llamaré a la policía. Qué desgracia…
El detective inspeccionó la puerta, luego, el cuerpo de la víctima. Habló con los amigos de esta última y resolvió el caso.
-El asesino es usted, señor Steve. Fue al baño y puso una trampa. Al primero que abriese la puerta le caería una gota del veneno en la cabeza. Pero solo al primero. Como usted conoce a la víctima, supo que se llevaría el dedo índice a la cabeza, lo mojaría con el líquido y después humedecería el índice. Sr. Steve, comprobó esto ayer, ¿verdad? Ayer llovió. Carl hizo esto mismo con la lluvia, ¿no?
-No tiene pruebas. Además, podría haber entrado cualquier persona antes que él.
-¡No! Yo escuché como le decías a Carl que entrase al baño justo después que tú. –dijo James.
-Y no solo eso, para asegurarse, añadió en la copa del Sr. Carl un líquido que provoca escapes de orina.
-Maldito detective… Pues sí. Lo maté. Pero se lo merecía. Sobornaba a mi hermana, la acosaba. Una persona así no tiene otro sitio en el Universo que el infierno. He tenido valor. Le maté.
-Te equivocas. –el detective rió– Valor es una palabra de justicia. Es la capacidad que nos permite hacer frente al miedo con confianza y determinación. No puede usarse como excusa para matar a alguien.Efectivamente, él fue el asesino. Fue condenado a prisión. Pero nunca olvidó las palabras de ese detective.
-¡No! Yo escuché como le decías a Carl que entrase al baño justo después que tú. –dijo James.
-Y no solo eso, para asegurarse, añadió en la copa del Sr. Carl un líquido que provoca escapes de orina.
-Maldito detective… Pues sí. Lo maté. Pero se lo merecía. Sobornaba a mi hermana, la acosaba. Una persona así no tiene otro sitio en el Universo que el infierno. He tenido valor. Le maté.
-Te equivocas. –el detective rió– Valor es una palabra de justicia. Es la capacidad que nos permite hacer frente al miedo con confianza y determinación. No puede usarse como excusa para matar a alguien.Efectivamente, él fue el asesino. Fue condenado a prisión. Pero nunca olvidó las palabras de ese detective.
lunes, 10 de octubre de 2011
catala activitat
Des de lluny es veu una lilla petita i molts d'arbres , arbusts i una torre. I te aigua per davora de lilla decolo blau . Encara que els arbres siguin grans.
Des de dins de lilla quasi no es veuen arbres ni els arbusts, es veuen els peixos, les roques i l'arena. L'illa i el far es veuen molt més grans.
Des de dins de lilla quasi no es veuen arbres ni els arbusts, es veuen els peixos, les roques i l'arena. L'illa i el far es veuen molt més grans.
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